EL VUELO DE LAS HOJAS

Durante una estancia en la Universidad de Granada, España, observe por varias semanas el caer de las hojas de los Árboles, las recolectaba y las guardaba en un cuaderno buscando un refugio para ellas porque sabía que al dia siguiente las barrerían y serían tiradas a la basura.



con el paso de los días me percaté de que me gustaba verlas verlas volar, pero no verlas caer, así que decidí prolongar su vuelo, enviándolas a mis amigos en México por Correo Aéreo, acompañadas de una carta donde les platicaba la anécdota. 







De las diez cartas que envié a México, dos volvieron a Granada y solo recibí esta respuesta...



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Hoja Interoceánica
Susana Castillo
Xalapa, Ver.




Abrí tu carta en un parque que está cerca de donde vivía. Al terminar, caminé hacia un sitio que está dentro del mismo parque y que se caracteriza porque es donde los barrenderos, que se encargan de mantenerlo limpio, acumulan las hojas que caen de los árboles. En ocasiones son tantas que forman una incipiente montaña que a cierta hora del día, gracias al sol, adquiere un tono dorado muy lindo. Sin embargo, el encanto se rompe cuando el camión de la basura llega a recogerlas, con destino -para mí- desconocido. Al parecer no hace mucho pasó, pues son pocas las hojas que yacen ahí. Por eso decidí leer tu carta otra vez en ese sitio y darles un poco de esperanza: les conté que tal vez alguien decida rescatarlas atándolas sutilmente a un pedazo de papel, metiéndolas en un sobre, convirtiéndolas en hojas interoceánicas.


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Vuelo en Conjunto
Luis David Luna
Cuernavaca, Morelos.



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La historia continúa
Ángela Arziniaga
Puebla, Pue.


Cuando recogí tu misiva-hoja, me dirigía al Super Ola. Llevaba conmigo el
sobre de correo aéreo entre las manos y la señora del mini super ( esa que de vez
en cuando era descortés) se tomó su tiempo para platicarme lo mucho que amaba
las cartas que llegaban por correo, entre muchas cosas, me dijo que así se había
enamorado de su esposo con cartas de amor por correo postal y que gracias a
ellas ¡!!!!!! tenía muchos años de casada y que era feliz….!!!!!!!!

Antes yo conocía el nombre de los carteros de mi barrio, hoy no los conozco, no
los alcanzo a ver cuando pasan por mi viejo edificio a dejar los estados de cuenta
y la publicidad….!!! Esta casi falta de familiaridad con el objeto llamado carta me
ha permitido evocar muchos otros momentos epistolares donde una hoja de papel
volaba , transitaba , para transformarse en emoción en mis manos, y hoy por eso,
te entrego esta historia….!





Yo tengo un cielo. 


Tengo un rectángulo que es de cielo y está en mi taller.


Desde de aquí vivo los procesos de mi desarrollo…

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